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domingo, 8 de mayo de 2011

OBAMA MEJORA SU IMAGEN TRAS LA MASACRE: EL CRIMEN PAGA.

Con el aval ahora de Noam Chomsky, El Martiyo ya no insiste en denunciar los muchos crímenes cometidos por Barack Obama, sino más bien el silencio cómplice de los organismos internacionales y los principales líderes del occidente democrático. El pueblo norteamericano, en cambio, aplaudió a Obama. La masacre mejoró su imagen.


LA SUERTE DEL VILLANO





Para jactancia del Martiyo y fortuna de todos, el célebre Noam Chomsky, aunque una semana despuès, refrenda nuestras palabras del lunes (Ver Asesinos por naturaleza y El hombre del rifle), con respecto al asesinato a sangre fría de Osama Bin Laden y tres personas más en su domicilio particular, y que incluyó, como oferta de lanzamiento, la invasión inconsulta y convulsiva de los Estados Unidos a otro país.
 “Se torna cada vez más claro que la operación fue un asesinato planificado, violando de forma múltiple las normas elementales de la ley internacional”. “Menos se dice acerca del enojo de Pakitán, por la invasión  norteamericana en su territorio para llevar a cabo un asesinato político”, dice Noam Chonsky, hoy, en Página 12…
Debemos jactarnos, claro: apenas conocimos la noticia reconocimos en el hecho todos estos delitos que ahora se tornan cada vez más claros, incluso para una mente brillante como la de Chomsky.
Pero muy por encima de nuestros triunfos de hormiga, lo llamativo, lo extraordinario, lo fantástico, es que pasan los días, comienzan a irse las semana, y todavía las Naciones Unidas, su Consejo de Seguridad, Amnesty International, el Tribunal de la Haya, nadie dice nada, nadie notó ninguna irregularidad en la invasión a un país y el asesinato de civiles por parte de un estado miembro y al grito simplemente de “ustedes no  me gustan”…
Nunca lo juzgaron, nunca le probaron nada. Hoy nos recuerda Chomsky que en el 2002 el gobierno talibán ofreció extraditar a Bin Laden si los Estados Unidos presentaban alguna evidencia concreta, y que el gobierno de Bush tuvo que recusar la oferta
También nos recuerda que en abril de ese mismo año, Robert Mueller, director entonces del FBI, admitió en conferencia de prensa que al cabo de la investigación más exhaustiva de la historia, no podían más que “inferir” que la trama del atentado del 11/9 había sido “pergeñada en Afganistan”.
Ajeno a toda burocracia, orgullosamente, Obama lo mandó matar igual allí donde lo encuentren, y chau, cuál es…  
Ciegos, sordos y mudos, los grandes líderes democráticos de occidente no vieron nada extraño en ningún lado el domingo pasado.
Como no va a estar orgulloso nuestro superhéroe El Hombre Líquido, que probó la sangre y descubrió su fuerza. Ahora ya nadie podrá detenerlo.
El doctor Barack Obama, abogado surgido de las luchas por los derechos civiles, hombre de leyes, de cánones y de sentencias, aprendió con un par de balazos cuánto más rápido era el acceso a la gloria por el camino del crimen...
Inmediatamente su sanguinario pueblo respondió sin trepidar. El miércoles el Washington post publicó una encuesta según la cual el 51 por ciento de los norteamericanos aprobaban no sólo el homicidio, la invasión y sus detalles, sino también la tortura como recurso en la investigación.
Y el mundo miró para otro lado.
“Algo habrá hecho”, dijo el mundo, y chau…
Los argentinos ya conocemos esas historias… Una noche un comando militar armado hasta los dientes irrumpió en su domicilio particular, y ante los gritos de su familia, lo ejecutaron y se llevaron el cuerpo y lo tiraron al agua desde un avión…. uf… como treinta mil historias así conocemos ya los argentinos…
Para anticiparse al desenlace, Obama debería charlar con Videla, con Bignone, aprovechar que todavía están vivos… ellos también fueron presidentes una vez….

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